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  • Päivi Pohjanheimo

La diplomacia jamás logrará paz y desarrollo sin la participación plena de las mujeres

Päivi Pohjanheimo*


En el verano de 1975 se hizo historia en México: Se celebró la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer en la Ciudad de México. Curiosamente la conferencia se realizó bajo la dirección de la primera diplomática finlandesa, Helvi Sipilä. El 8 de marzo del mismo año había sido proclamado como el primer Día Internacional de la Mujer por las Naciones Unidas (ONU), en coincidencia con el Año Internacional de la Mujer. Este marzo, casi medio siglo después, seguimos aumentando conciencia del papel que juegan las mujeres en nuestras sociedades, inspiradas por el legado de las mujeres de 1975.


La directora de la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, Helvi Sipilä, pensaba que confiar en las mujeres es fundamental para el bienestar de toda la sociedad, también para el bien de los hombres y los niños. Comparto su punto de vista. A los finlandeses nos preguntan a menudo sobre la fórmula de la felicidad, porque Finlandia ha sido elegido como el país más feliz del mundo ya por cinco años consecutivos, según el Informe Mundial de la Felicidad 2022. Lo que suelo responder es: La felicidad es siempre una suma de varias cosas, pero sin duda hay algo de lo que estoy segura. El desarrollo de nuestra sociedad nunca hubiera sido posible sin un fuerte compromiso con la igualdad y participación plena de las mujeres.


La historia de Finlandia es una evidencia viva de que la igualdad y el estado de bienestar van de la mano. Nuevos servicios públicos, como los servicios de cuidados infantiles y el sistema de las pensiones, ayudaron a las mujeres a alcanzar una posición plena en la sociedad. De la misma manera, nuestro estado de bienestar, jamás hubiera nacido sin el esfuerzo de las mujeres. El enfoque en la igualdad hizo posible el cambio estructural sin precedentes, convirtiendo a Finlandia en tan solo unas décadas de un país pobre y rural a un país industrializado y avanzado. La promoción de los derechos de las mujeres y las niñas es una de las prioridades claves de nuestra política de desarrollo desde hace mucho tiempo y hasta ahora.


Para alcanzar nuestro objetivo de igualdad en la política exterior, es importante observar cómo y quién gestiona nuestras relaciones internacionales. Tradicionalmente la carrera diplomática ha sido dominada por los hombres y aún actualmente, solo un 20 por ciento de los embajadores del mundo son mujeres. Afortunadamente, el cambio ya ha comenzado – y Finlandia está entre los pioneros de este cambio. Hoy una embajadora finlandesa es casi igual de común que un embajador finlandés. Esto no es menos por el ejemplo que nos dejaron las mujeres que se atrevieron a ir a contracorriente y a aspirar puestos internacionales influyentes.


El mundo puede cambiar mucho en una vida. Helvi Sipilä nació en Helsinki en 1915, dos años antes de la independencia de Finlandia. En aquella época pareció inalcanzable, que las mujeres un día dirigieran las relaciones exteriores de sus países. La diplomacia se había convertido en profesión en el siglo XIX, pero hasta la ley prohibió, que las mujeres ocuparan puestos superiores en el Servicio Exterior. Incluso, cuando en 1927 se eliminó esta restricción de la Ley de Cualificaciones de la Mujer, se persistió el estereotipo de que el embajador debe ser un hombre. Así, comenzando los cincuentas, todos los diplomáticos eran exclusivamente hombres. Aún en los setentas, cuando Finlandia empezó a organizar formación de diplomáticos de carrera, solo una quinta parte de alumnos admitidos al programa fueron mujeres. El camino de muchas aspirantes fue detenido por el techo de cristal, en particular en la fase de las entrevistas de los exámenes de ingreso. Sin ponerles demasiada importancia a los prejuicios de su época, Sipilä llegó a ser una de las primeras abogadas finlandesas y la primera mujer como candidata presidencial, así como la primera mujer como Secretaria General Adjunta de la ONU. Con su actitud persistente logró involucrar la perspectiva de las mujeres en muchas discusiones internacionales. En una entrevista periodística, Sipilä recuerda que, en la Conferencia de Población y Desarrollo, en Bucarest en 1974, ella dijo a “los señores de la ONU”, que ella tenía “una impresión rara de que las mujeres tenían algo que ver con ese decrecimiento de la población”.

“Se rieron terriblemente”, contó Sipilä.Durante los 94 años de su vida, la posición de la mujer se revolucionó. Cuando ella murió en 2009, las mujeres habían ocupado varios cargos diplomáticos y Finlandia tenía su primera presidenta de la república.


En 2022 la mayoría de los diplomáticos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia son mujeres. En el futuro la proporción de las mujeres va a crecer aún más, debido a que la mayoría de los graduados de las universidades son actualmente mujeres.

Sin embargo, a nivel mundial el progreso de las mujeres hacia la cima de la diplomacia sigue siendo lento. Para 2014, alrededor del quince por ciento de los aproximadamente 15,000 embajadores del mundo eran mujeres.

Unos años después, esa cifra se acerca al veinte por ciento, pero la polarización está creciendo y los datos muestran amplias variaciones entre diferentes países.

En los tiempos turbulentos que vivimos, es especialmente importante no olvidar, que las mujeres juegan un papel clave tanto dentro de las sociedades, como en las relaciones internacionales, promoviendo desarrollo y paz. En la política global, las mujeres traen nuevas perspectivas, ayudándonos a comprender mejor a otras sociedades en toda su versatilidad. Por eso hoy más que nunca, necesitamos confiar en las mujeres y asegurar su lugar en el mundo de la diplomacia.



*Realizó sus estudios en la Universidad del País Vasco de España, en la Universidad de la Sorbonne en Francia y la Universidad de Helsinki en Finlandia. Ha sido la representante de Finlandia para México y Centroamérica desde junio de 2019.Asimismo desde 2015 a 2019 fue embajadora para Rumanía y MoldaviaHa sido oficial encargada de Afganistán, Pakistán, India y Sri Lanka.

Fue jefa adjunta de misión en la Embajada Regional de Finlandia en Túnez de 2003 a 2005 y entre el 2005 y 2009 se desempeñó como consejera de la Unión Europea en la Embajada de Finlandia en Londres.




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